viernes, 21 de febrero de 2014

Protocolo de Bodas I: Soluciones a distintos problemas de etiqueta

Cuando comenzamos a organizar la boda, empecé a leer por todos lados que todo el mundo iba a darte su opinión, que a la gente le encantaba decirte cómo tenías que hacer las cosas y que esa era la causa de muchos de los problemas que sufrían los novios durante los meses de organización.

Yo pensaba que eso no podía ser verdad. Que era una exageración. ¡Qué equivocada estaba! He descubierto que hasta el más tonto tiene una opinión sobre nuestra futura boda. Incluso los que no organizaron nada de nada de nada de su boda - y le dejaron a la suegra hasta la elección del menú - tienen algo que decir.

J y yo hemos decidido que, en vez de cabrearnos y contraatacar cuando nos empiezan a hablar de lo que ellos harían (pues haberlo hecho, leche, que ya tuvisteis vuestra oportunidad), vamos a decir a todo que sí, con una sonrisa, y a hacer lo que a nosotros nos de la real gana. (Nos hemos dado cuenta de que, si rechistas, la conversación se puede alargar durante horas, y que si dices que sí, no tienen nada más que hablar y se callan.)

Y como todo el mundo tiene una opinión, aquí os dejo una serie de respuestas a los problemas más típicos que os pueden surgir a los novios, para que no os mareen.

Una última advertencia: la boda es vuestra. Y como tal, aunque os saltéis el protocolo a la torera, debéis hacer lo que vosotros queráis.

¿Quién debe ser el primero en enterarse de que estamos prometidos?

Antes de publicar fotos y cambiar vuestro estado en las redes sociales, debéis informar a vuestra familia cercana, padrinos de bautismo y amigos. Si tenéis hijos, ellos deberían de ser los primeros en enterarse.

Yo sé las ganas que se tienen de gritar la noticia a los cuatro vientos, pero merece la pena esperar un poco y que tus abuelos no se enteren gracias a la vecina de que os casáis.

¿Puede llevarme al altar alguien que no sea mi padre?

Esta pregunta es más fácil contestarla que llevarla a cabo. Y os lo digo por experiencia.

En teoría, el padrino es una figura simbólica y accesoria, tanto en la Iglesia como en los Juzgados, y por tanto, puede ser quién la novia quiera. Generalmente se ha asociado esta figura con el padre de la novia, pero puede ser quien ella quiera, incluso puede ir sola hacia el altar.

¿Cuánto tiempo le doy a los invitados para confirmar su asistencia?

Deberíais darles, al menos, 15 días desde que llegue la invitación.

Si aún así tienes invitados que no han confirmado, una semana antes de tener que darle un número de invitados definitivo al cátering o al restaurante, conviene que llaméis a los que aún no han contestado para aseguraros su asistencia.

¿Cómo decido quién puede traer acompañante?

Cuando cuentas con un presupuesto limitado, esos acompañantes extras (y desconocidos) pueden hacer subir mucho la factura del restaurante.

Las normas de etiqueta dicen que deberías enviar una invitación para el acompañante de aquellos invitados que estén en una relación consolidada. Es decir, si están prometidos, casados o viviendo juntos, aunque no conozcas a su pareja. Si no cumplen estas condiciones, no estás en la obligación de invitarles.

Nosotros hemos a eso hemos añadido que, si conocemos a la pareja de nuestros amigos o primos también les enviaremos una invitación. Es una manera de asegurarnos de que no se traigan al rollito del verano.

¿Debo invitar a todo aquel con el que he hablado de la boda?

Puedes hablar sobre la boda con quién tú quieras, sin sentirte obligado a tener que enviarles una invitación. Si esa persona te pregunta si le vas a invitar directamente (¡maleducado!) puedes desviar el tema diciéndole que aún no habéis terminado la lista de invitados.

Si somos nosotros los que pagamos la boda ¿cómo les digo a mis padres que no quiero invitar a ciertas personas?

La mejor opción es que le asignéis a vuestros padres un número de invitados que ellos puedan rellenar. Si, aún así, hay personas muy específicas que no queréis que asistan, lo mejor es hablarlo con ellos desde el principio. Recordad que, de momento, seguís siendo sus niños y harán lo que sea para que estéis contentos.

¿Tengo que invitar a la gente del trabajo?

No estás obligado a invitar a nadie que tú no quieras invitar. Si aún así, tienes una relación de amistad con gente del trabajo, puedes invitarles sin problema, pero trátales como amigos: envíales la invitación a casa y hablad de la boda fuera del horario laboral.

¿Cuándo envío las tarjetas de agradecimiento?

Lo mejor es enviarlas lo más pronto posible, pero tienes hasta tres meses después de la boda para enviarlas. (Aunque si el regalo ha llegado después de la boda, tendrías tres meses desde su recepción).


Espero que este post os ayude a evitar conflictos con todas esas personas que os rodean. No os dejéis influir, y haced lo que realmente creáis que es mejor para los dos.

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